Una periodista rompió en llanto al ver el cuerpo desnutrido de un niño somalí de 9 kilos impedido de caminar por la poliomielitis. El caso del pequeño es similar al de muchos otros en ese país, donde muchos han muerto camino a los campamentos de ayuda humanitaria.
En Somalia 29 mil pequeños perdieron la vida en los últimos tres meses. La situación ha sido declarada como de "tragedia humana" por la ONU, que extendió su alerta a Yibuti, Eritrea, Etiopía, y Kenia.
Tres millones claman por urgente ayuda en Somalia. Al hambre de sus habitantes, se ha sumado enfermedades y epidemias.
A veces ser radical es necesario pero si este radicalismo va contra la gente inocente no tiene ningún sentido de ser, haríamos lo que hace el sistema dominante y ante el cual se le ha declarado lucha intelectual hace más de dos siglos. Esta es una guerra cuya victoria recuperará al hombre y su mundo o cuya derrota nos subsumirá en la inexistencia real de la vida plena y autoconsciente, para siempre.
lunes, 15 de agosto de 2011
jueves, 4 de agosto de 2011
Suman 527 detenidos por protestas en Chile
Al menos 527 personas han sido detenidashoy durante las manifestaciones estudiantiles en Chile, las cuales incluyeron el ingreso masivo de jóvenes al canal de televisión Chilevisión para exigir que sus demandas aparecieran al aire.
De acuerdo con un balance parcial del subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, la mayoría de las personas son jóvenes detenidos en el centro de Santiago en las manifestaciones no autorizadas por el gobierno del presidente Sebastián Piñera.
El funcionario también reportó a por lo menos 14 Carabineros (policía militarizada) con lesiones de diversa consideración.
Los enfrentamientos entre Carabineros y estudiantes, miles de los cuales se encuentran en paro desde hace dos meses para exigir una profunda reforma al sistema educacional chileno, se han desarrollado durante todo el día en el sector de Plaza Italia y el centro.
Una primera marcha desde Plaza Italia hacia el presidencial Palacio de La Moneda fue abortada esta mañana por Carabineros, que reprimió con carros lanza-agua y lanza-gases a los manifestantes debido a que la actividad no estaba autorizada.
La segunda manifestación, que cubriría el mismo trayecto, también fue desarticulada por la policía con los mismos métodos, aunque en esta oportunidad los manifestantes encendieron barricadas en las calles.
Las protestas estudiantiles se desarrollaron además en las principales ciudades del país, como Valparaíso, Concepción y Valdivia, entre otras.
Por otro lado, la asamblea de dirigentes de federaciones universitarias chilenas acordó no entregar este viernes su respuesta a la propuesta del gobierno sobre sus demandas y le dieron un plazo de seis días al Ejecutivo para que entregue un nuevo planteamiento.
El presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Arturo Prat de Iquique, David Urrea, enfatizó que la principal demanda de los estudiantes es un compromiso formal del gobierno por 'una educación gratuita de calidad y democrática'.
El plazo dado en el virtual ultimátum de los estudiantes universitarios tiene como objetivo que el gobierno 'reflexione y haga una nueva propuesta' para reformar el sistema educacional, enfatizó el dirigente.
En las últimas horas de esta tarde, por otra parte, al menos 200 jóvenes ingresaron por la fuerza al canal de televisión Chilevisión para pedir salir al aire y dar a conocer sus demandas hacia el gobierno.
Fuente: eluniversal.mx
miércoles, 3 de agosto de 2011
Un paso por el universo en tan solo 6 minutos
Eres una persona en un mundo de 7 mi millones de personas.
Somos un planeta en un SP de 8 planetas.
Somos un solo SPS en miles de SPS en nuestra galaxia
Somos solo una galaxia en miles de miles de Nebulosas
Son miles de nebulosas en un Quasar. Que es un Quasar en el Universo
Concretamente: que es un hombre en el universo???
Qué es un hombre en la tierra??
Quien eres tú??
Dime como están tus ríos y te diré quién eres
El grado de civilidad de una sociedad o nación se mide por la capacidad de generar bienestar a sus ciudadanos, protección a la niñez, a las personas adultas y discapacitadas y armonía con su entorno, incluyendo respeto a las otras formas de vida no humana. Otro indicador, son las condiciones de sus ríos, la forma de cómo coexisten con esas arterias naturales del agua dulce.
En la región, gobiernos nacionales y locales van y vienen, más o menos con las mismas promesas civilizadoras. Adornadas con las frases características según la ideología que profesan. Pero lo que no han podido disfrazar o maquillar con aires esperanzadores, son esas venas abiertas de la América Latina, que están cada vez más taponeadas por los desperdicios que a diario reciben. Allí, la realidad, supera toda ficción discursiva.
Madre de Dios - Perú |
Siendo los más vulnerados los ríos que cruzan las grandes urbes. Los mismos, terminan convirtiéndose en embauladas cloacas a cielo abierto de esos fashion lugares. Capitales supuestamente glamurosas, de imaginarias atmósferas “pacholí”, que ocultan su daño a la naturaleza, al saturar inmisericordemente sus ríos interiores.
Como cuesta creer que ciudades tan especiales como Buenos Aires, Córdova, Santiago, Bogotá, Caracas, entre otras, son atravesadas por ríos históricos y estos hoy, se han convertido en una especie de hijos no deseados, innombrables e ignorados, donde el colectivo de cada una de esas ciudades, en una repentina amnesia parcial, prefieren olvidar su existencia, antes que actuar y hacer los esfuerzos requeridos, para recuperar esos importantes ríos y de igual manera, reivindicar su real imagen de sociedad.
Mientras todo esto ocurre, el mundo cada vez esta más lleno de sed y Latinoamérica con su mayor indiferencia, se tapa los ojos y oídos, ante el envenenamiento continuo de las pocas aguas dulces que aun disponemos.
Ríos severamente contaminados de América
País | Principales ríos contaminados |
México | Lerma, Rio Bravo, Suchiate |
Argentina | Riachuelo, Reconquista, Suquia, Caracaña, Río de la Plata, Curaco, Colorado, Negro |
Chile | Maipo, Biobío, Elqui, Loa |
Colombia | Bogotá, Cauca, Magdalena |
Brasil | Negro, San Francisco |
Paraguay | Paraná, Paraguay |
Venezuela | Guaire, Murillo |
Perú | Ucayali |
Costa Rica | Tarcoles, Virilla |
Estados Unidos | Mississippi, Grande, Tennessee, Ohio, Savannah, Delaware, Támesis, Rock, Amelia, Calcasieu, Ouachita, Mobile, Columbia, Genesee, Holston, Kansas, Brazos, Missouri, Hudson, Neches, Alabama, Wisconsin, Wabash, Blackwater, Cuyahoga, Patapsco, Kanawha, Susquehanna, Quinnipiac, Fenholloway, Cedar, Detroit, Androscoggin, Escatawpa, Pigeon, Cape Fear, Des Moines, Tombigbee, Willamette |
Canadá | Red |
Tragarse vivo a Marx
Traigo para todos ustedes amigos de la Vista Gorda un excelente artículo que nos hace entender que la lucha de la izquierda es aun pendiente y que el salto cualitativo en el marxismo está en construcción.
Es necesario sin duda abandonar el ortodoxismo romántico y absoluto en aras de salvar el materialismo dialéctico. Es verdad también que la tarea es más complicada, pero también es verdad que aun estamos por la mitad. Y que la mejor de nuestras luchas aun no ha llegado.
Carlo Frabetti
Galileo y Newton no sólo dieron a la física una estructura matemática precisa, coherente y operativa, sino que sentaron las bases de un método científico que sigue siendo la más poderosa herramienta del conocimiento. Con su consigna fundacional ("Hay que medir todo lo que es medible y hacer medible lo que no lo es") y su aforismo leonardiano ("El libro del universo está escrito en el lenguaje de las matemáticas"), se puede decir que Galileo inaugura la ciencia moderna. Y con su ley de la gravitación universal, Newton pone orden en la naturaleza. Desde que Buda y Tales de Mileto, cada uno a su manera, dieron la espalda a los dioses para buscar las respuestas (y las preguntas) en la realidad misma, la mente humana no había dado un salto tan grande y, en apariencia, tan definitivo.
Marx y Engels, fundadores del socialismo científico. |
lunes, 1 de agosto de 2011
El matrimonio: un invento burgués
Esperar del matrimonio amor, deseo y una familia feliz es casi pedir lo imposible. Pero esa es una expectativa moderna y nació de una realidad económica.
Ninguna de las emociones que esperamos encontrar en un matrimonio moderno son inusuales. Aparecen bien descritas en el arte y la literatura de todas las culturas y eras. Lo que hace el matrimonio moderno extraordinario es la ambición de que todas las emociones deben ser disfrutadas durante toda la vida con la misma persona.
Los trovadores de la Provenza del siglo XII tenían una percepción compleja del amor romántico que incluía el dolor generado por la visión de una elegante figura, el insomnio por la esperanza de un encuentro, el poder de unas pocas palabras y de las miradas.
Pero estos cortesanos no tenían ninguna intención de combinar esas emociones con la realidad paralela de formar una familia, ni siquiera pretendían tener relaciones sexuales con aquellos a quienes amaban apasionadamente.
Emociones subversivas
Los libertinos de principios del siglo XVIII en París, por su parte, estaban muy familiarizados con el repertorio emocional del sexo: el placer de desabrochar las prendas de otra persona por primera vez, la emoción de explorarse el uno al otro a la luz de las velas, la emoción de seducir a alguien en secreto en una misa...
Sin embargo, estos eróticos aventureros sabían que sus placeres tenían muy poco que ver con sentar las bases de un compañerismo o con criar una tropa de niños.
Y el impulso de vivir en pequeños grupos familiares, en los que crezca la próxima generación, ha acompañado a la mayor parte de la Humanidad desde los primeros días en que caminamos sobre dos piernas en el Valle del Rift en África Oriental.
No obstante, muy rara vez eso llevó a la gente a pensar que tal vez la tarea de criar una familia estaría incompleta sin el ardiente instinto sexual o el deseo frecuente de ver a la pareja.
La incompatibilidad, o al menos en la independencia, de los lados romántico, sexual y familiar de la vida, se consideraba una característica sencilla y universal de la edad adulta hasta que, a mediados del siglo XVIII, en los países más prósperos de Europa, un nuevo y extraordinario ideal comenzó a tomar forma en un sector particular de la sociedad.
Amarse, desearse y reproducirse con una sola persona
Este ideal propuso que las personas casadas deberían no sólo tolerarse mutuamente por el bien de los niños, sino que, extraordinariamente, deberían también esforzarse en amar y desear profundamente a la pareja.
Debían manifestar en sus relaciones el mismo tipo de energía romántica como los trovadores habían mostrado por sus cortesanas y el mismo entusiasmo sexual como el que había sido explorado por los eróticos conocedores de la Francia aristocrática.
El nuevo ideal le planteó al mundo la noción de que uno podía satisfacer todas sus necesidades con sólo la ayuda de la otra persona.
Este ideal de matrimonio fue abrumadoramente creado y respaldado por una clase económica específica: la burguesía, cuyo equilibrio entre libertad y restricción reflejaba fielmente.
Ni tan ricos, ni tan pobres
En una economía en plena expansión, gracias a la evolución tecnológica y comercial, esta nueva clase podía tener más que las limitadas expectativas de órdenes inferiores.
Con un poco de dinero ahorrado, los abogados de la burguesía y los comerciantes podrían elevar sus expectativas y esperar más de una pareja que simplemente compañia para sobrevivir el próximo invierno.
Al mismo tiempo, sus recursos no eran ilimitados. Ellos no tenían el infinito tiempo libre de los trovadores quienes, como heredaban fortunas, podían pasarse tres semanas escribiendo una carta celebrando la belleza de la punta de la nariz de la amada.
Los burgueses tenían negocios y almacenes que dirigir.
Tampoco podía la burguesía permitirse la arrogancia social de los libertinos aristocráticos, cuyo poder y estatus les daba la confianza para romper corazones y destrozar familias, así como la riqueza necesaria para lidiar con las desagradables consecuencias de sus travesuras.
La burguesía estaba, por tanto, ni tan abatida como para no creer en el amor romántico ni tan liberada de la necesidad como para darse el lujo de enredos eróticos y emocionales sin límites.
La inversión en una sola persona, legal y eternamente contratada, representaba una frágil solución a su particular necesidad emocional y limitación práctica.
'Salario significa esclavitud'
No pudo haber sido una coincidencia que una fisión similar de la necesidad y la libertad se hiciera evidente justo en el mismo momento en relación con ese segundo pilar de la felicidad moderna: el trabajo.
Durante siglos, la idea de que el trabajo podría ser otra cosa que sufrimiento había sido totalmente inadmisible.
Aristóteles afirmó que todo el trabajo realizado a cambio de un salario era sinónimo de esclavitud, una desoladora valoración a la que el Cristianismo había añadido la idea de que la dureza del trabajo era una penitencia por los pecados de Adán.
A pesar de todo, en el mismo momento en que el matrimonio estaba siendo replanteado, hubo voces que comenzaron a discutir que el trabajo era tal vez algo más que un valle de lágrimas por la supervivencia; podría ser un camino hacia la autorrealización y la creatividad. Podría ser tan divertido como algo que uno hace sin que le paguen.
Las virtudes que la aristocracia había asociado previamente sólo con ocupaciones no remuneradas, empezaron a parecer posibles también en cierto tipo de empleos remunerados. Tal vez se podía convertir un hobby en trabajo. Tal vez uno podía hacer por dinero lo que habría querido hacer de todos modos.
¿El mito del matrimonio feliz?
El ideal burgués del trabajo, al igual que su equivalente matrimonial, era una encarnación de una posición intermedia.
Uno necesitaba trabajar por dinero pero el trabajo podía ser agradable -al igual que el matrimonio no podía escapar de las cargas tradicionales asociadas a la crianza y educación de los hijos- y, aun así, no tenía que carecer de algunas de las delicias de una aventura amorosa y una obsesión sexual.
La visión burguesa del matrimonio tornó a una serie de conductas en tabú, conductas que previamente eran toleradas o, al menos, no habían sido vistas como una causa de la destrucción de uno mismo o de su familia.
La idea de que se podía romper la familia por tener relaciones sexuales con alguien más habría sido ridícula para un libertino.
El ideal burgués no es una ilusión. Hay, por supuesto, matrimonios que fusionan perfectamente los tres elementos: romántico, erótico y familiar.
No podemos decir, como a veces los cínicos se siente tentados a hacer, que el matrimonio feliz es un mito. Es infinitamente más frustrante que eso. Es una posibilidad... aunque bastante rara.
No hay ninguna razón metafísica por la que el matrimonio no colme nuestras expectativas, el problema es que las probabilidades son mínimas.
Fuente: http://www.bbc.co.uk
Ninguna de las emociones que esperamos encontrar en un matrimonio moderno son inusuales. Aparecen bien descritas en el arte y la literatura de todas las culturas y eras. Lo que hace el matrimonio moderno extraordinario es la ambición de que todas las emociones deben ser disfrutadas durante toda la vida con la misma persona.
Los trovadores de la Provenza del siglo XII tenían una percepción compleja del amor romántico que incluía el dolor generado por la visión de una elegante figura, el insomnio por la esperanza de un encuentro, el poder de unas pocas palabras y de las miradas.
Pero estos cortesanos no tenían ninguna intención de combinar esas emociones con la realidad paralela de formar una familia, ni siquiera pretendían tener relaciones sexuales con aquellos a quienes amaban apasionadamente.
Emociones subversivas
Los libertinos de principios del siglo XVIII en París, por su parte, estaban muy familiarizados con el repertorio emocional del sexo: el placer de desabrochar las prendas de otra persona por primera vez, la emoción de explorarse el uno al otro a la luz de las velas, la emoción de seducir a alguien en secreto en una misa...
Sin embargo, estos eróticos aventureros sabían que sus placeres tenían muy poco que ver con sentar las bases de un compañerismo o con criar una tropa de niños.
Y el impulso de vivir en pequeños grupos familiares, en los que crezca la próxima generación, ha acompañado a la mayor parte de la Humanidad desde los primeros días en que caminamos sobre dos piernas en el Valle del Rift en África Oriental.
No obstante, muy rara vez eso llevó a la gente a pensar que tal vez la tarea de criar una familia estaría incompleta sin el ardiente instinto sexual o el deseo frecuente de ver a la pareja.
La incompatibilidad, o al menos en la independencia, de los lados romántico, sexual y familiar de la vida, se consideraba una característica sencilla y universal de la edad adulta hasta que, a mediados del siglo XVIII, en los países más prósperos de Europa, un nuevo y extraordinario ideal comenzó a tomar forma en un sector particular de la sociedad.
Amarse, desearse y reproducirse con una sola persona
Este ideal propuso que las personas casadas deberían no sólo tolerarse mutuamente por el bien de los niños, sino que, extraordinariamente, deberían también esforzarse en amar y desear profundamente a la pareja.
Debían manifestar en sus relaciones el mismo tipo de energía romántica como los trovadores habían mostrado por sus cortesanas y el mismo entusiasmo sexual como el que había sido explorado por los eróticos conocedores de la Francia aristocrática.
El nuevo ideal le planteó al mundo la noción de que uno podía satisfacer todas sus necesidades con sólo la ayuda de la otra persona.
Este ideal de matrimonio fue abrumadoramente creado y respaldado por una clase económica específica: la burguesía, cuyo equilibrio entre libertad y restricción reflejaba fielmente.
Ni tan ricos, ni tan pobres
En una economía en plena expansión, gracias a la evolución tecnológica y comercial, esta nueva clase podía tener más que las limitadas expectativas de órdenes inferiores.
Con un poco de dinero ahorrado, los abogados de la burguesía y los comerciantes podrían elevar sus expectativas y esperar más de una pareja que simplemente compañia para sobrevivir el próximo invierno.
Al mismo tiempo, sus recursos no eran ilimitados. Ellos no tenían el infinito tiempo libre de los trovadores quienes, como heredaban fortunas, podían pasarse tres semanas escribiendo una carta celebrando la belleza de la punta de la nariz de la amada.
Los burgueses tenían negocios y almacenes que dirigir.
Tampoco podía la burguesía permitirse la arrogancia social de los libertinos aristocráticos, cuyo poder y estatus les daba la confianza para romper corazones y destrozar familias, así como la riqueza necesaria para lidiar con las desagradables consecuencias de sus travesuras.
La burguesía estaba, por tanto, ni tan abatida como para no creer en el amor romántico ni tan liberada de la necesidad como para darse el lujo de enredos eróticos y emocionales sin límites.
La inversión en una sola persona, legal y eternamente contratada, representaba una frágil solución a su particular necesidad emocional y limitación práctica.
'Salario significa esclavitud'
No pudo haber sido una coincidencia que una fisión similar de la necesidad y la libertad se hiciera evidente justo en el mismo momento en relación con ese segundo pilar de la felicidad moderna: el trabajo.
Durante siglos, la idea de que el trabajo podría ser otra cosa que sufrimiento había sido totalmente inadmisible.
Aristóteles afirmó que todo el trabajo realizado a cambio de un salario era sinónimo de esclavitud, una desoladora valoración a la que el Cristianismo había añadido la idea de que la dureza del trabajo era una penitencia por los pecados de Adán.
A pesar de todo, en el mismo momento en que el matrimonio estaba siendo replanteado, hubo voces que comenzaron a discutir que el trabajo era tal vez algo más que un valle de lágrimas por la supervivencia; podría ser un camino hacia la autorrealización y la creatividad. Podría ser tan divertido como algo que uno hace sin que le paguen.
Las virtudes que la aristocracia había asociado previamente sólo con ocupaciones no remuneradas, empezaron a parecer posibles también en cierto tipo de empleos remunerados. Tal vez se podía convertir un hobby en trabajo. Tal vez uno podía hacer por dinero lo que habría querido hacer de todos modos.
¿El mito del matrimonio feliz?
El ideal burgués del trabajo, al igual que su equivalente matrimonial, era una encarnación de una posición intermedia.
Uno necesitaba trabajar por dinero pero el trabajo podía ser agradable -al igual que el matrimonio no podía escapar de las cargas tradicionales asociadas a la crianza y educación de los hijos- y, aun así, no tenía que carecer de algunas de las delicias de una aventura amorosa y una obsesión sexual.
La visión burguesa del matrimonio tornó a una serie de conductas en tabú, conductas que previamente eran toleradas o, al menos, no habían sido vistas como una causa de la destrucción de uno mismo o de su familia.
La idea de que se podía romper la familia por tener relaciones sexuales con alguien más habría sido ridícula para un libertino.
El ideal burgués no es una ilusión. Hay, por supuesto, matrimonios que fusionan perfectamente los tres elementos: romántico, erótico y familiar.
No podemos decir, como a veces los cínicos se siente tentados a hacer, que el matrimonio feliz es un mito. Es infinitamente más frustrante que eso. Es una posibilidad... aunque bastante rara.
No hay ninguna razón metafísica por la que el matrimonio no colme nuestras expectativas, el problema es que las probabilidades son mínimas.
Fuente: http://www.bbc.co.uk
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