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LA INVESTIGACIÓN ACCIÓN PARTICIPATIVA (IAP)
A.- Definición:
Es una forma de entregar capacidades investigativas a las gentes pobres y sometidas para que puedan transformar sus vidas por sí mismas. La IAP se diferencia de la investigación convencional por la especificidad de los objetivos de cambio social que persigue, la utilización y modificación de los métodos investigativos, las clases de conocimiento que produce y por la manera como relaciona el conocimiento con la acción social. Se aparta de la investigación tradicional tanto en metodología como en epistemología.
B.- Objetivos:
· El fin de la IAP es lograr una sociedad más justa donde no haya personas que sufran por no tener el modo de satisfacer necesidades esenciales de la vida, como alimentos vestido, vivienda, y salud. Una sociedad donde todos gocen de las libertades básicas y de la dignidad humana. (Bienestar material- derechos sociopolíticos)
Específicos:
· Trabajar entre los pobres, que por definición sufren la opresión y carecen de poder.
· Apoyar las actividades organizadoras de la gente común, que con escaso poder intentan cambiar su realidad en la búsqueda de una vida más plena y justa.
· Empoderarles para que puedan participar solidariamente sobre el tiempo y el espacio, proporcionándoles métodos y técnicas sociales.
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C.- Presupuestos epistémicos:
Los teóricos de la Investigación-acción participativa se reclaman de una múltiple inspiración teórica: Marx y Freud, Gramsci y Dewey, Habermas y Foucault, T. Kuhn, Edgar Morin y Paulo Freire, Kurt Lewin, Orlando Fals Borda Y Stavenhagen. No podemos realizar una selección de las aportaciones de éstos, ni sería muy útil en una entrada de este tipo. En lo que sigue intentaremos delinear los supuestos epistemológicos que nutren la investigación-acción participativa desde determinados radicales básicos.
· Relación sujeto-objeto
La IAP reniega de la separación sujeto-objeto tal como ha sido planteada en la teoría tradicional del conocimiento por razones tanto epistémicas como ético-políticas. Una realidad social de opresión no sólo es imposible de captar desde una objetividad pura, sino que el proceso de aprehensión de la misma se desarrollará en una u otra dirección en función de la práctica social en que la conciencia se encabalga confirmándola y/o transformándola. Es imposible, por ejemplo, desvelar el carácter alienante de la educación tradicional sin embarcarse en una práctica alternativa que pruebe la posibilidad de otros procesos de aprendizaje por el camino en que se transforma el anterior.
· Toma de conciencia
Estrictamente relacionado con lo que acabamos de exponer se encuentra el problema de la toma de conciencia. Toda teoría de la concientización se apoya, de algún modo, en una teoría marxista de la ideología y, por tanto, en la posibilidad de configurar una representación del mundo verdadera frente a otra falsificada.
· Participación
La participación no puede confundirse con una simple preocupación por encontrar el apoyo reflexivo de los implicados para los objetivos de conocimiento e intervención delineados por un dispositivo exterior a ellos. La IAP tiene cuidado de diferenciarse de todas aquellas llamadas a la participación basadas en la asimilación acrítica de un marco global de partida con el que se propone compromiso. La participación que reclama la IAP no es simple movilización, sino recapitulación sobre el conjunto de procesos que condicionan la vida social de un colectivo determinado con el objetivo de acometer una eventual modificación de los mismos.
La concepción de la participación en la IAP debe evitar tanto el peligro elitista como la apuesta por un diálogo oscurecido ante las desigualdades reales de los sujetos que entran en comunicación. Frente al sueño vanguardista o el libertario-liberal, la IAP propone establecerse en el espacio abierto por una contradicción sólo clausurable tendencial y temporalmente.
· Redescubrimiento del saber popular
La existencia de una diferencia entre los lugares de extracción de conocimiento y los de su utilización demuestra cómo las ciencias sociales se entreveran en prácticas de opresión. Las exigencias de una reapropiación del conocimiento derivan de la vocación participacionista de la IAP. Sin embargo, las llamadas a la rehabilitación del saber popular no tienen sólo el sentido de proporcionar a los grupos sociales dominados capacidad para conocer las claves que rigen sus vidas. Los defensores de la IAP buscan el desarrollo y la potenciación de los saberes que configuran la vida cotidiana de las gentes. Desde la certeza, claro está, de que puede rescatarse allí una riqueza sobre el mundo despreciado y minorada por los supuestos hegemónicos acerca de la producción, la posesión y la aplicación del saber.
El redescubrimiento del saber popular tendría entonces que ver con el reencuentro con las capacidades individuales y colectivas, emotivas y cognitivas, adquiribles en plurales procesos de socialización (también en los del capitalismo tardío), desde las cuales los sujetos evalúan su experiencia social y a cuyo fardo cualquier propuesta de cambio social ha de dirigirse para encontrar elementos de apoyo si no quiere elevarse sobre el vacío.
· Cientificidad
El redescubrimiento del saber popular, las exigencias de un conocimiento ligado a las personas que configuran su contexto de surgimiento, permite que la literatura de la IAP rehabilite ciertos tópicos confusos sobre la ciencia popular en una curiosa composición de posmodernismo. Ciertos teóricos de la IAP parecen utilizar la orientación anti positivista de la filosofía de la ciencia dominante, para reclamarse de una ciencia alternativa al "monopolio positivista presente, al etnocentrismo de la ciencia occidental y a la tecnología de destrucción" (Fals Borda). De ahí se ha inferido que cada ciencia crea su mundo y sus métodos de validación, con lo cual una ciencia orientada por un interés emancipatorio podría disponer de estructuras de conocimiento y de formas de verdad distintas e incompatibles a las de la ciencia positivista.
D.- Aspectos metodológicos
La IAP se articula diferenciadamente del método científico convencional, ya sea instrumental o interactivo. En este sentido, el esquema metodológico o modo de organizar la investigación por el que se guían tales perspectivas -generalmente lineal, mas o menos rígidamente pero muy estructurado, diseñado desde arriba por los expertos- no puede ser válido para producir un tipo de conocimiento que persigue ser crítico, reflexivo, colectivo, participado, emancipador. Pero aún mas, la IAP no termina en la producción de conocimientos, sino que pretende actuar frente a las realidades sociales, transformandolas desde el protagonismo de los actores.
Así pues, el hilo conductor de la IAP debe plantearse como un proceso cíclico de reflexión-acción-reflexión, en el que se reestructura la relación entre conocer y hacer , entre sujeto y objeto de manera que se vaya configurando y consolidando con cada paso la capacidad de autogestión de los implicados. Bajo esta perspectiva es imposible e inconveniente crear un modelo o esquema metodológico cerrado, a modo de recetario, que nos vaya marcando el paso de lo que debemos hacer en cada momento.
I. Etapa inicial
El problema a estudiar surge de la propia población implicada, aunque generalmente es necesaria la actuación de un grupo promotor (asociación, agencia de desarrollo, equipos de Trabajo Social ...) alrededor del cual se puedan reunir y tratar el problema. Se puede comenzar con una reunión amplia de negociación e implicación de los promotores en la que se lanza la idea del proyecto. Se produce así la toma de contacto de los investigadores con la comunidad y con miembros significativos que puedan tomar parte activa.
Es el momento también en el que se debe abrir la investigación hacia sectores mas amplios para realizar un autodiagnóstico, identificar el problema, delimitar su alcance, dimensionarlo. Surgirán múltiples dificultades, muy especialmente, las que a menudo tendrán los propios participantes para la expresión y definición del problema. Esta situación se puede desbloquear mediante diversas técnicas o actividades facilitadoras como el teatro popular, audiovisuales, entrevistas grupales, que además van creando espacios y perspectivas compartidas que producen ya por si mismas reflexión. El investigador se convierte en un agente facilitador, en un recurso técnico, dejando que actúen como organizadores las personas de la comunidad que tienen sus propias formas y recursos organizativos. Estos se presentan así como investigadores activos, como sujetos de la investigación, no como meros suministradores de información.
II. Estructuración de la IAP
En esta fase se pretende crear un esquema básico donde se recojan propuestas de actuación concretas. Este debe responder al menos a tres objetivos: ligar la investigación a la acción; asegurar la coherencia entre lo que se busca y lo que se quiere hacer; lograr un esquema de IAP sencillo, utilizable por grupos de base.
Hay que definir desde los grupos qué acciones se van a llevar a cabo y de qué manera. De nuevo recurrimos a las reuniones con los sectores implicados para negociar cuales serán las estrategias de actuación. Es importante no perder de vista que la finalidad principal es reforzar las potencialidades del propio colectivo, tanto en el nivel del conocimiento como de la acción (IOE, 1993). El investigador juega un papel importante en el sentido de poner a su disposición diferentes técnicas de recogida, producción y análisis de información; de transmitir herramientas de trabajo operativas de manera que resulten asequibles y fácilmente manejables por los miembros de la comunidad. Es necesario entonces llevar a cabo un entrenamiento en cuanto a la elaboración de cuestionarios, instrumentos, habilidades de quienes recogerán la información, etc.
Asimismo, las técnicas a emplear también van a venir definidas por el tipo de análisis que vayamos a realizar. Son válidas todas las que incluyan al sujeto y que no se escapen, como hemos señalado, de los recursos técnicos y materiales de los implicados en la IAP. Son útiles tanto las técnicas cuantitativas como las cualitativas; desde las encuestas hasta los grupos de discusión, los documentos personales, bibliográficos, etc. No desdeñaremos ninguna técnica siempre que esta pueda ser útil, y lo son especialmente todas las que facilitan la relación, el intercambio, el diálogo, la participación, en definitiva la comunicación entre iguales. Se hace énfasis en las que faciliten la aparición de los aspectos intersubjetivos de la relación entre entrevistado y entrevistador. Eso si, hay que observar que no se utilicen técnicas que requieran análisis estadísticos muy complejos puesto que entonces necesitaremos expertos externos, generándose resultados difícilmente comprensibles por todos. Aún habiendo algún experto en el grupo, esto conllevaría una especialización y una división del trabajo que podría crear situaciones de dependencia y poder. (este aspecto de la IAP sirve para desmitificar la metodología de la investigación, y ponerla en manos de la gente para que la usen como instrumento de adquisición de poder. Si obtiene éxito, la capacidad de investigar científicamente los problemas de la comunidad se convierte en una característica permanente de la misma que puede volver a ser usada una y otra vez sin necesidad de contar con expertos).
En la IAP entonces, contrariamente a lo que sucede en las investigaciones convencionales, nos encontramos con que el asunto de la validez depende de la empatía de los sujetos con el fin de la investigación comprendiendo plenamente la intención de las preguntas y queriendo dar la información necesaria de la mejor forma posible.
III. Desarrollar y evaluar lo realizado
Poner en marcha las técnicas tiene una doble finalidad: por un lado facilitar información para otros sobre hechos concretos, por otro, producir conocimientos interpersonales y autoconocimiento (encuentros dialógicos, Park ). Pero para que verdaderamente se pueda dar la participación es necesario que la información este constantemente circulando y en todas las direcciones.
El análisis de los resultados de este proceso nos ayudarán a comprender mejor la naturaleza de los problemas, pero como indicábamos mas arriba, ya están produciendo por sí mismos acción, están generando temas para la reflexión colectiva (uso colectivo de los resultados o vuelta de la información a la comunidad), ligando la investigación a la acción, el conocimiento y la práctica.
En cualquier caso, a pesar de los intentos de sistematización o de captura que queramos hacer proponiendo formulas, todo este camino se debe dibujar como algo mucho más artesanal que tecnológico; sobre cómo los movimientos populares son analizadores y generadores de metodologías para las ciencias sociales, y como no deberían dejar que éstas degeneraran en técnicas que se automitifican, sino que deberían seguir como prácticas que implican una episteme (desde, por y) para las soluciones operativas que necesitan los sectores populares.
BIBLIOGRAFIA.
Ø . PARK, P. (1992)"Qué es la investigación-acción participativa. Perspectivas teóricas y metodológicas", Salazar (1992).
Ø . SALAZAR, M.C. (1992) La investigación-acción participativa. Inicios y desarrollos, Madrid, Edit. Popular-OEI
Ø . FREIRE, P. (1970) Pedagogía del oprimido, Madrid, Siglo XXI.
FRASES PARA REFLEXIONAR
“La más esencial tarea de la Humanidad es la tarea de humanizarse. Humanizar la Humanidad es la misión de todos, de todas, de cada uno y cada una de nosotros. La ciencia, la técnica, el progreso, solamente son dignos de nuestro pensamiento y de nuestras manos si nos humanizan más” Pedro Casaldáliga
“Solamente amo al prójimo en la medida en que salgo, libre, abierto, solidario, al encuentro del prójimo, aproximándome a él, aproximándolo a mí” Pedro Casaldáliga
"La manera como se presentan las cosas no es la manera como son; y si las cosas fueran como se presentan la ciencia entera sobraría." K. Marx
“Si tomáramos el poder, tendríamos la tarea de limpiarla de burguesía y de mantener a la gente en un estado mental revolucionario”
Lennon
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