jueves, 5 de agosto de 2010

Lo que jode al país


Criadora de chanchos - Teodoro Núñez Ureta
Siempre me he preguntado en distintas ocasiones los entuertos que ha tenido que padecer el Perú a lo largo de su historia, ser condenado a desvivir su experiencia como nación, relegada en tantas ocasiones tanto por connacionales como extranjeros a ser un cúmulo de anécdotas que se volatizan a lo largo del tiempo.
Adormecida siempre por su gobernantes, la iglesia indolente y una clase que no entiende mas patria que la riqueza y el legado privado. Señores, hay que decirlo, el Perú agoniza de muerte!!!, el virus de la desigualdad avanza a galope, desluciendo todo a su paso. Hasta  irónico  es saber que nuestro Himno Nacional nos recuerde todos los días en las ceremonias chovinistas lo que somos. Humillados, ofendidos, aletargados, un hatajo de adjetivos describe el contexto nacional; pero ¿siempre será así? ¿Siempre trajinaremos jodidos como “Zavalita” de – “Conversación en la Catedral”?
Existen dos caminos que pueden joder al país: El de la violencia y el terror, fruto de desesperación y la otra el individualismo, promovida por la economía de mercado o neoliberalismo. Ambos factores aceleraran la perversión de los más pobres, la frustración de  los jóvenes   de construir un proyecto colectivo.
No son los pobres los que joden al país sino que ellos son por el contrario la esperanza. Ellos son los llamados a acumular fuerzas y adquirir capacidades transformadoras que los hagan participe de la vida social-economía y política de la nación. Ellos son los primeros llamados a construir una sociedad sana, consciente,  educada.
El  Estado, mecanismo legal de sometimiento, no tiene otra misión mas que educar sus ciudadanos, ¿qué tan difícil puede ser ello? Formemos ciudadanos, no consumidores endemoniados, cortemos el embrión que nos alimenta de odio y desesperanza. Demos su lugar al hombre, alimentemos el cuerpo y el espíritu del pobre, y la maldad junto al egoísmo cederán. 

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